El negociado de PPK con la International Petroleum Company
Desde Pekín, ciudad donde vive con su esposa china y su pequeña hija, el periodista Antonio Fernández Arce nos envía parte de su rico archivo con registros de Pedro Pablo Kuczynski del año 1968, cuando el gringo fugo del Perú escondido en la maletera de un auto, y en compañía de Carlos Rodríguez Pastor, se internó en Ecuador, para finalmente dirigirse ambos a los Estados Unidos. PPK había sido hasta entonces uno de los seis gerentes del Banco Central de Reserva y en esa condición, su última operación, en complicidad con Rodríguez, consistió en entregarle ilegalmente 17 millones de dólares a la internacional Petroleum Company, petrolera cuyas cuentas estaban embargadas por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado.
El hecho fue denunciado por la prensa peruana. Los lectores pueden consultar las ediciones de los principales diarios de Lima a partir de octubre de 1968. El poder adquisitivo del dinero de Kuczynski y Rodríguez autorizaron entregar a la IPC equivale hoy a más de 105 millones de dólares.
Debe recordarse que el 3 de octubre de ese año Velasco y un puñado de oficiales del ejercito habían derrocado al presidente Fernando Belaúnde, clausuraron el Congreso y el 9 de ese mes tomaron con tanques las instalaciones de la petrolera en Talara, anularon el nuevo contrato que les prorrogaba por 99 años la refinanciación de crudo, sin cobrarles 700 millones de dólares en impuestos que debían desde 1924. Surgiría entonces Petroperú y se abriría un periodo de profundas aunque inconsultas reformas.
En medio de la turbulencia política, pocos observaban lo que pasaba en el Banco Central de Reserva. Pero era un hecho público que las cuentas que las cuentas bancarias de la IPC habían sido embargadas y estaba suspendida toda entrega de divisas sin autorización expresa. Esto es lo que precisamente lo que hicieron por lo bajo PPK y su jefe Rodríguez Pastor.
La IPC era entonces la transnacional más poderosa en el Perú. Durante 53 años sostuvo como argumento, para no pagar su deuda, un llamado Laudo Arbitral de París que lo eximia de esa obligación. La firma explotó el petróleo de Talara sin controles al punto de contar con dos muelles propios, exceptuados de la inspección del Estado peruano. Tenia a su cargo la extracción, refinación, distribución, comercialización y exportación del petróleo y todos sus derivados, principalmente gasolina, mediante sus grifos en todo el país.
Ismael León Arias